Mezclar el zumo de remolacha, el zumo de manzana Fuji, el zumo de lima y el vino de Jerez en un cuenco.
Pelar las manzanas y sumergirlas en agua con ácido ascórbico para evitar que se pongan marrones.
Cortar las manzanas en rodajas de 2 cm y cortar cada lámina con un cortador de galletas en forma de flor.
Perforar el centro de la flor con una cuchara sacabolas.
Poner las flores de manzana Fuji en el cuenco con la mezcla de líquidos e impregnarlas en la máquina de vacío 3 veces como mínimo.

Calentar 20 g de zumo de manzana y derretir la hoja de gelatina previamente hidratada.
Mezclar con los demás ingredientes y congelar en un recipiente hermético.

Escurrir las manzanas Fuji Marlene comprimidas sobre papel absorbente.
Poner un punto de pasta de sésamo en el agujero central.
Rallar finamente un poco de granizado de manzana con un tenedor y ponerlo en el centro de la flor.
Decorar con una hoja de eneldo y servir en seguida.