Pelar las manzanas y sumergirlas en agua con ácido ascórbico para evitar que se oscurezcan.
Utilizando una mandolina japonesa, cortar la manzana en láminas hasta llegar al corazón.
Reservar en un baño de agua con ácido ascórbico hasta el momento de usarla.

Rodajas crujientes de manzana Gala
Cortar las rodajas de manzana en segmentos de 15 cm.
Pasarlas por el jarabe de azúcar y caramelizarlas en el horno a 120 °C durante 45 minutos, hasta que estén perfectamente crujientes.
Reservar en un recipiente hermético hasta el momento del emplatado.

Nata montada
Montar la nata y añadir el azúcar cuando empiece a montar.
Reservar en la nevera en una manga pastelera con boquilla rizada hasta el momento de servir.

Nueces caramelizadas
Hacer un jarabe con el agua y el azúcar hasta que alcance los 121 °C.
Agregar las nueces, retirar del fuego y remover hasta que el azúcar se cristalice y recubra completamente las nueces.
Volver a poner la cazuela al fuego y caramelizar hasta que el azúcar adquiera un bonito color tostado.
Retirar del fuego, distribuir las nueces sobre papel vegetal y dejar que se enfríen.
Reservar en un recipiente hermético hasta el momento de servir.

Colocar una rodaja de manzana caramelizada en una bandeja.
Usando la manga pastelera, decorar toda la superficie con flores de nata.
Distribuir las nueces caramelizadas, los gajos de lima, las hojas de albahaca y la ralladura de lima sobre la nata.
Repetir la operación con otras dos rodajas de manzana.
Servir inmediatamente.

NOTA: ES ACONSEJABLE ENSAMBLAR EL POSTRE DELANTE DEL COMENSAL Y SERVIRLO INMEDIATAMENTE PARA GARANTIZAR UNA DEGUSTACIÓN CORRECTA.