Protegido por la cordillera alpina por el norte, el Tirol del Sur - Südtirol disfruta de más de trescientos días y dos mil horas de sol al año. A esto se suman las condiciones del suelo, extraordinariamente favorables, y la elevada variación de temperatura entre el día y la noche, factores indispensables que le confieren esa textura crujiente y esa viva coloración a la manzana Marlene®.
Estas características cualitativas se perciben ya desde el primer bocado. Marlene® debe su riqueza varietal a las diversas altitudes de cultivo, particularmente variables en este «paraíso de las manzanas». Así es, entre los doscientos veinte metros de la parte baja del valle y los mil metros de las colinas y las montañas cada manzana halla el terreno ideal para madurar.
Esto no sería suficiente de no mediar el enorme entusiasmo de los fruticultores surtiroleses, que cultivan los manzanares y se esfuerzan con tesón trescientos sesenta y cinco días al año para garantizar que en el momento de la cosecha el producto ofrezca una calidad óptima. El concurso de todos estos factores permite llevar a la mesa del consumidor el sabor excepcional de las manzanas Marlene®.
Para subrayar la importancia que el origen y el clima tienen para la consecución de la calidad de la manzana Marlene®, la firma Marlene® nos habla de su padre, el monte, de su madre, la luz del sol, y de su maestro, el clima. Marlene® se presenta como «hija de los Alpes», una expresión que le otorga una clara denotación geográfica a la marca.
¿Qué hay detrás de Marlene®?